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    España y la proyección de una imagen nacional en época de crisis. Las Exposiciones Históricas del IV Centenario del Descubrimiento de América (Madrid, 1892)

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    Este trabajo analiza la manera cómo España construyó, a finales del siglo XIX, una imagen de nación moderna fundamentada en la conciencia de un pasado glorioso, el del descubrimiento de América o del Nuevo Mundo. La atención se enfoca en el análisis de la participación del país ibérico en las Exposiciones Históricas (EH) que tuvieron lugar en Madrid, en 1892, precisamente en el marco de la celebración del IV centenario de dicho suceso. Evento de gran trascendencia para la coyuntura política española de fin de siglo, caracterizada por la profunda crisis que había dejado la pérdida de supremacía sobre la mayor parte de sus antiguas colonias en el continente americano. No es gratuito, pues, que en este contexto se asista a una especie de competencia, entre tres naciones, por conseguir el predominio de la conmemoración. Italia, por ser la cuna de Cristóbal Colón; España, por haber apoyado de forma decida el proyecto colombino; y, Estados Unidos, por considerarse heredera directa de la civilización occidental. En las tres, los eventos expositivos constituirán el eje central de la celebración. Para el caso de España, tras una primera iniciativa, en 1888, de celebrar una exposición de carácter universal -como la inaugurada ese mismo año en Barcelona-, en 1891 se decanta por la realización de dos, de carácter histórico e internacional, “detenidas en el siglo XVI”. A diferencia de las ferias mundiales, donde primó el sello arquitectónico que le otorgó cada nación, en las EH a cada nación le será asignada una o varias salas dentro del Palacio de Biblioteca y Museos Nacionales, inaugurado para la ocasión. El piso principal albergará a la Histórico-Europea (HE), proyectada con el propósito de mostrar los testimonios históricos y de las artes provenientes de aquella época y conservados por los países europeos. La planta baja, acogerá a la Histórico- Americana (HA), que busca dar cuenta del estado de desarrollo alcanzado por los pueblos americanos al momento de la llegada de los españoles. De esta manera, las EH se convierten en las más importantes de su género, no sólo en ámbito español de la segunda mitad del siglo XIX sino de todo el orbe. La primera, por reunir objetos de carácter histórico y artístico de varias naciones europeas, pero especialmente de la anfitriona; la segunda, por exponer por primera vez, y a la vista de Europa y el mundo, el panorama de las culturas prehispánicas conocidas hasta ese entonces, algo que no habían logrado ni siquiera los Congresos Internacionales de Americanistas. En ellas, pues, se hace imposible separar lo histórico, cultural, artístico o científico, de sus implicaciones políticas. No es de extrañar, pues, que España hiciera un despliegue de la gran riqueza de su patrimonio histórico-artístico y de material americano, acumulando durante siglos por la casa real y la nobleza; los museos, archivos y bibliotecas; la iglesia; y, los coleccionistas privados, en su mayoría pertenecientes a la aristocracia y a la naciente burguesía. Es, precisamente, la participación de España en estas EH la que interesa en esta investigación, pues tuvo presencia en las dos. En la HE ocupará la mayor parte de los salones que la conformaban, a través de una gran una gran variedad material bibliográfico y documental, pinturas de reconocidos artistas, piezas de arte decorativo, mobiliario litúrgico, tapices y, sobre todo, objetos de valor histórico que hacían alusión a hechos o personajes destacados del devenir nacional, entre los siglos XV y XVII. Por su parte, en la HA, participa con documentación y material arqueológico fruto de su presencia, por más de tres siglos, en territorio americano. De tal manera que, el estudio de dicha participación constituye un prisma privilegiado de observación de sus implicaciones políticas y culturales. El trabajo se divide en cinco partes, cada una de ellas dividida en dos capítulos. La primera aborda, por una parte, los postulados que rigieron las políticas del recuerdo asumidas por Italia, Estados Unidos y España, los tres países que, a uno y otro lado del Atlántico, asumieron la delantera en la celebración del IV centenario del descubrimiento de América (IV centenario); por otra, analiza los sentidos divergentes que adoptaron las exposiciones que, como eventos centrales de la conmemoración, se proyectaron en cada una de dichas naciones, haciendo énfasis en el proceso de delimitación de la naturaleza de las circunscritas para el caso español. En la segunda, emprende el acercamiento al contexto específico del país ibérico, explorando cómo una retórica visual concreta, la relacionada con la iconografía colombina, coloca la figura de Colón y el suceso del descubrimiento al servicio de la imagen de España como nación imperial, en la que confluirán una serie de prácticas del recuerdo circunscritas no solo a la pintura de historia sino al espacio público y a la industria editorial. La tercera, pone el foco de atención en el complejo exhibicionario que tuvo lugar en Madrid en 1892 que muestran, de alguna manera, una jerarquización de imaginarios nacionales en torno a la historia, las artes, la arqueología y la industria. En primera instancia, aborda los proyectos expositivos distintos a las EH, tales como la Exposición Internacional de Bellas Artes, la Escolar y el Certamen de labores, así como pequeñas iniciativas de diversa índole; para luego centrarse en las EH, especialmente en los difusos límites que acompañó el proceso de delimitación de su denominación y naturaleza, y cómo esta situación se exteriorizó en el discurso museográfico que ellas desplegaron. Las dos últimas partes asumen un estudio pormenorizado de la participación de España en las EH. La cuarta, analiza su presencia en la EHA, mostrando cómo dicha participación se inscribe en el contexto geopolítico colonial finisecular abordando, en primer lugar y de manera general, la presencia en dicha exposición de otras naciones que disputan este contexto imperial, en sus múltiples aristas, como Portugal, Dinamarca, Noruega, Francia y los Estados Unidos. En segundo lugar, se examinan las instalaciones de España, que exhibirán material de minería y objetos etnográficos procedentes, especialmente, de las que aún eran sus colonias; así como antigüedades precolombinas conservadas en sus museos. La quinta, explora las implicaciones políticas e históricas que subyacen bajo el propósito de configurar una unidad nacional que subraya la continuidad histórica entre los reyes católicos y la España finisecular en crisis, en la que confluyen: monarquía, instituciones estatales, iglesia y coleccionistas particulares. Así, en primera instancia se estudia el despertar de una conciencia imperial basada en la posesión de un patrimonio histórico y artístico por parte de la casa real; museos, bibliotecas y archivos estales; y, la iglesia católica. Por último, se explora el papel que desempeñaron las colecciones particulares, especialmente de aristócratas, en la ratificación de una línea de tiempo entre los reyes católicos y los soberanos del siglo XIX. En un intento de España por recuperar la credibilidad de un gobierno finisecular en crisis, tanto a nivel interno como hacia el exterior, su participación en las EH fue concebida, dado su alcance ibérico, americano y europeo, como una estrategia política para afirmar y consolidar su lugar como una nación con conciencia imperial; una táctica de visibilización para combatir tres frentes geopolíticos diferenciados. Por una parte, el europeo, en el que predominaba la historiografía de la decadencia expresada en la Leyenda Negra; por otra, el norteamericano, que se proyecta como una nueva potencia que puede desplazar su protagonismo en Hispanoamérica; y, por último, las recién independizadas naciones americanas que, al estar definiendo sus referentes identitarios, y ante las cuales convenia estrechar los lazos que la unían a ellas. De tal manera que, la actualización de una conciencia imperial adquiere, en la coyuntura centenarista, una dimensión enfocada en nuevas formas de colonización, desde el ámbito cultural e histórico, liderado por el movimiento hispanista, en el que historia, raza y religión compartidas, a uno y otro lado del Atlántico, se resignifican como los estandartes de una nación con conciencia imperial. La investigación permitió inferir que, en términos de patrimonialización de un pasado glorioso, se llevó a cabo una diferenciación entre el material de origen europeo, convertido ahora en argumento del grado de civilización alcanzado por España durante la Edad Moderna, expuesto en la EHE; y, el material americano, que adquiere la connotación de prueba y trofeo, exhibido en la EHA. En este contexto, el espectacular despliegue de España en las EH, a través de colecciones históricas, artísticas y de arqueología americana, contribuyó al proceso de patrimonialización de un pasado imperial que, después de cuatro siglos y a través de sus vestigios, ratificaba el aporte del país ibérico a la expansión de la civilización occidental. Logrando unir, como nunca antes, a diferentes estamentos oficiales y particulares, bajo un solo objetivo, el de traer a la memoria los cimientos que sustentaron el “descubrimiento y la conquista” del continente americano. Para el gobierno, la monarquía y la nobleza constituyó un momento propicio para reevaluar su prestigio, a través de una resignificación de sus bienes patrimoniales, que implicaría un giro en su sentido de apropiación, pues se extendería del ámbito particular al nacional. Estableciendo, de esta manera, una línea de tiempo entre la época de los Reyes Católicos, suscrita a la conquista y descubrimientos en ultramar, que elevó a la corona española a la categoría de imperio, y la de la nueva era de los imperialismos de finales del siglo XIX, en la que España necesita competir para expandir su imaginario colonizador, ahora, desde lo cultural. En este propósito, los vestigios de las glorias del pasado se actualizan con el propósito proyectar un imaginario imperialista-paternalista sobre el otro americano, el de una nación con expectativa civilizadora, bajo la que subyace la noción de una raza trasatlántica, cuyos cimientos serán una historia, una lengua y una religión compartidas.This work analyzes the way in which Spain built, in the late nineteenth century, an image of a modern nation based on the awareness of a glorious past, that of the discovery of America or the New World. The focus is on the analysis of the participation of the Iberian country in the Historical Exhibitions (EH) that took place in Madrid, in 1892, precisely within the framework of the celebration of the IV centenary of that event. Event of great importance for the Spanish political situation at the end of the century, characterized by the deep crisis that had left the loss of supremacy over most of its former colonies in the American continent. It is not gratuitous, therefore, that in this context we should witness a kind of competition, between three nations, for the predominance of commemoration. Italy, for being the birthplace of Christopher Columbus; Spain, for having decisively supported the Columbian project; and, the United States, for considering it the direct heir to Western civilization. In all three, the exhibition events will be the central axis of the celebration. Event of great importance for the Spanish political situation at the end of the century, characterized by the deep crisis that had left the loss of supremacy over most of its former colonies in the American continent. It is not gratuitous, therefore, that in this context we should witness a kind of competition, between three nations, for the predominance of commemoration. Italy, for being the birthplace of Christopher Columbus; Spain, for having decisively supported the Columbian project; and, the United States, for considering it the direct heir to Western civilization. In all three, the exhibition events will be the central axis of the celebration. In the case of Spain, after a first initiative, in 1888, to hold an exhibition of a universal nature -such as the one inaugurated that same year in Barcelona-, in 1891 it opted for the realization of two, of historical and international character, "arrested in the sixteenth century". Unlike the world fairs, where the architectural seal awarded by each nation prevailed, in the EH each nation will be assigned one or more rooms within the Palace of Library and National Museums, inaugurated for the occasion. The main floor will house the Historical-European (HE), designed with the purpose of showing the historical testimonies and the arts from that time and preserved by European countries. The ground floor will house the Historic-American (HA), which seeks to account for the state of development reached by the American peoples at the time of the arrival of the Spaniards. In this way, the EH become the most important of its kind, not only in the Spanish field of the second half of the nineteenth century but of the whole world. The first, for bringing together objects of historical and artistic character from several European nations, but especially from the hostess; the second, for exposing for the first time, and in view of Europe and the world, the panorama of the pre-Hispanic cultures known until then, something that had not been achieved even by the International Congresses of Americanists. In them, therefore, it becomes impossible to separate the historical, cultural, artistic or scientific from their political implications. It is not surprising, then, that Spain made a display of the great wealth of its historicalartistic heritage and American material, accumulating for centuries by the royal house and the nobility; museums, archives and libraries; the church; and, private collectors, mostly belonging to the aristocracy and the nascent bourgeoisie. It is precisely the participation of Spain in these HE that is of interest in this research, since it was present in both. In the HE will occupy most of the rooms that made it up, through a great variety of bibliographic and documentary material, paintings by renowned artists, pieces of decorative art, liturgical furniture, tapestries and, above all, objects of historical value that alluded to facts or outstanding characters of the national future, between the fifteenth and seventeenth centuries. For its part, in the HA, it participates with documentation and archaeological material fruit of its presence, for more than three centuries, in American territory. Thus, the study of such participation constitutes a privileged prism of observation of its political and cultural implications. The work is divided into five parts, each divided into two chapters. The first deals, on the one hand, with the postulates that governed the policies of remembrance assumed by Italy, the United States and Spain, the three countries that, on both sides of the Atlantic, assumed the lead in the celebration of the IV centenary of the discovery of America (IV centenary); on the other, it analyzes the divergent senses adopted by the exhibitions that, as central events of the commemoration, were projected in each of these nations, emphasizing the process of delimitation of the nature of the circumscribed for the Spanish case. In the second, he undertakes the approach to the specific context of the Iberian country, exploring how a concrete visual rhetoric, related to Columbian iconography, places the figure of Columbus and the success of the discovery at the service of the image of Spain as an imperial nation, in which a series of practices of remembrance confined not only to history painting but to the public space and the publishing industry will converge. In the second, he undertakes the approach to the specific context of the Iberian country, exploring how a concrete visual rhetoric, related to Columbian iconography, places the figure of Columbus and the success of the discovery at the service of the image of Spain as an imperial nation, in which a series of practices of remembrance confined not only to history painting but to the public space and the publishing industry will converge. The third, puts the focus of attention on the exhibition complex that took place in Madrid in 1892 that show, in some way, a hierarchy of national imaginaries around history, the arts, archaeology and industry. In the first instance, it addresses the exhibition projects other than the HE, such as the International Exhibition of Fine Arts, the School and the Work Contest, as well as small initiatives of various kinds; to then focus on the HD, especially on the diffuse boundaries that accompanied the process of delimitation of their denomination and nature, and how this situation was externalized in the museographic discourse that they deployed. The last two parts assume a detailed study of Spain's participation in EH. The fourth, analyzes its presence in the EHA, showing how this participation is part of the finisecular colonial geopolitical context addressing, first and foremost, the presence in this exhibition of other nations that dispute this imperial context, in its multiple edges, such as Portugal, Denmark, Norway, France and the United States. Secondly, it examines the facilities of Spain, which will exhibit mining material and ethnographic objects from, especially, those that were still its colonies; as well as pre-Columbian antiquities preserved in its museums. The fifth, explores the political and historical implications that underlie the purpose of shaping a national unity that underlines the historical continuity between the Catholic kings and the finisecular Spain in crisis, in which they converge: monarchy, state institutions, church and private collectors. Thus, in the first instance the awakening of an imperial consciousness based on the possession of a historical and artistic heritage by the royal house is studied; museums, libraries and state archives; and, the Catholic church. Finally, it explores the role played by private collections, especially of aristocrats, in ratifying a timeline between Catholic kings and nineteenth-century sovereigns. In an attempt by Spain to recover the credibility of a finisecular government in crisis, both internally and externally, its participation in the EH was conceived, given its Iberian, American and European scope, as a political strategy to affirm and consolidate its place as a nation with imperial conscience; a tactic of visibility to combat three distinct geopolitical fronts. On the one hand, the European, in which the historiography of decadence expressed in the Black Legend predominated; on the other, the North American, which projects itself as a new power that can displace its prominence in Latin America; and, finally, the newly independent American nations that, being defining their identity referents, and before which it was appropriate to strengthen the ties that united them. In such a way that, the updating of an imperial consciousness acquires, in the centenarist conjuncture, a dimension focused on new forms of colonization, from the cultural and historical field, led by the Hispanist movement, in which shared history, race and religion, on both sides of the Atlantic, are resignified as the banners of a nation with imperial consciousness. The research allowed to infer that, in terms of patrimonialization of a glorious past, a differentiation was carried out between the material of European origin, now converted into an argument of the degree of civilization reached by Spain during the Modern Age, exposed in the EHE; and, the American material, which acquires the connotation of test and trophy, exhibited in the EHA. In this context, the spectacular deployment of Spain in the EH, through historical, artistic and American archaeology collections, contributed to the process of patrimonialization of an imperial past that, after four centuries and through its vestiges, ratified the contribution of the Iberian country to the expansion of Western civilization. Managing to unite, as never before, different official and private strata, under a single objective, that of bringing to mind the foundations that supported the "discovery and conquest" of the American continent. For the government, the monarchy and the nobility it was a propitious moment to reassess their prestige, through a resignification of their patrimonial assets, which would imply a turn in their sense of appropriation, since it would extend from the particular scope to the national one. Establishing, in this way, a timeline between the time of the Catholic Monarchs, subscribed to the conquest and discoveries overseas, which elevated the Spanish crown to the category of empire, and that of the new era of imperialisms of the late nineteenth century, in which Spain needs to compete to expand its colonizing imaginary, now, from the cultural. In this purpose, the vestiges of the glories of the past are updated with the purpose of projecting an imperialist-paternalistic imaginary on the other American, that of a nation with civilizing expectation, under which underlies the notion of a transatlantic race, whose foundations will be a shared history, language and religion

    El tipo de liderazgo del director y los estilos de comunicación de los docentes, estudiantes y personal administrativo del Instituto Superior Pedagógico Público Nuestra Señora de Lourdes DRE-Ayacucho, 2010

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    Menciona que el tipo de liderazgo del director se relaciona con los estilos de comunicación de los docentes, estudiantes y el personal administrativo. Según el análisis de correspondencias de las variables, existe una asociación significativa, el estadístico chi-cuadrado (48.086) con valor de significancia menor al 0.05 apoya esta conclusión. Concluye que existe una relación significativa, con un grado de correlación de 0,524 y un nivel de significancia menor a 0.05, entre el tipo de liderazgo liberal del director y el estilo de comunicación pasiva. Como también existe una relación significativa entre el tipo de liderazgo autoritario del director y el estilo de comunicación agresiva en un grado de correlación de 0,671 y un nivel de significancia menor a 0.05.Tesi

    Historia y nación: Historiografía peruana desde Túpac Amaru a la Guerra del Pacífico

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    Menciona un elemento de mucho interés para entender la historiografía peruana desde tiempos coloniales y su vinculación con la idea o las ideas de nación: la confrontación de versiones históricas, su condición de historia crítica, de herramienta de denuncia social y política. A pesar de los esfuerzos de la historiografía conservadora por imponer su versión de la historia como consensual, nunca ha podido acallar las versiones contrarias o heterodoxas. En efecto, las versiones históricas están en competencia, en contraposición, enfrentadas unas a las otras en función de intereses de sus autores en los campos políticos, ideológicos, religiosos, culturales, económicos y sociales. Las versiones historiográficas se nutren unas de otras, se cuestionan, se sustituyen pero también conviven y, por eso, no siempre resulta fácil hallar las influencias de interpretaciones históricas en autores y tendencias posteriores. De ahí que la identificación de paradigmas historiográficos haya servido para establecer mejor el origen y el flujo de las ideas de la nación peruana en la historiografía. La investigación se realizó una revisación de los postulados originales y a la necesidad de ampliar el marco cronológico del análisis para vincular los discursos históricos posteriores a la rebelión de Túpac Amaru con aquellos vigentes antes de 1780. Por este motivo, a pesar de que el título sugiere que el análisis de los casos empieza hacia 1780, se considera pertinente iniciar la investigación con interpretaciones historiográficas que se remontan al siglo XVI.Tesi

    Conexiones Transatlanticas: Expandiendo limites en el mundo hispano (1890-1910)

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    Este trabajo examina las transformaciones a patrones socio-culturales en el mundo hispano, que permiten a la mujer incorporarse a la fuerza productiva; como producto de la presión ejercida por comunidades de escritoras en foros internacionales sobre el atraso educativo y cultural que sufre la mujer. En esta disertación se estudia una economía que gira alrededor de las necesidades de la mujer promovida por la prensa periódica, que además de fortalecer la industria cultural y de entretenimiento, también auto-educa a la sociedad sobre la necesidad de educación profesional, mejora de condiciones laborales y apertura a espacios comerciales y profesionales para la mujer. Al analizar las distintas etapas de la modernidad es posible identificar lenguajes textuales y no textuales que van formulando una crítica a las estructuras sociales que impiden el progreso. Desde las damas ilustradas, a las escritoras que construyen la nación después de las independencias, hasta llegar al cosmopolitismo de Fin de Siglo, vemos una línea discursiva constante que pide reconocimiento a la intelectualidad de la mujer, pero es hasta la apertura cultural desarrollada durante la celebración del cuarto centenario del descubrimiento de América cuando la sociedad se abre a la expansión de los roles de género y la movilidad de las clases sociales

    Lo que cuenta un abalorio: reflejos de unas cuentas de vidrio en la Nueva España

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    La tesis Lo que cuenta un abalorio: reflejos de unas cuentas de vidrio en la Nueva España se centra en un tipo de objeto particular, los abalorios, para reflexionar sobre diferentes aspectos relacionadas con la vidriería novo hispana a partir del caso mexicano. Para ello adopta una perspectiva transdisciplinar que aporta la mirada de las nuevas tendencias historiográficas, arqueológicas y antropológicas. Además de incorporar los resultados de las últimas investigaciones sobre los variados temas con los que se cruza, reúne un gran corpus documental compuesto por fuentes escritas, iconográficas y materiales que ofrecen nuevas posibilidades de pensar sobre este campo de estudio..

    Estudios afrolatinoamericanos: Una introducción

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    Spanish translation of Afro-Latin American Studies: An Introduction (2018

    Las fronteras del mundo atlántico (siglos XVI-XIX)

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    En las sociedades de la modernidad, las “fronteras” se convierten en marcas o limes que determinan ámbitos o zonas de contacto que, de alguna manera, han servido para crear y recrear marcos generales de diferenciación y de posibles comparaciones a partir de sus componentes sociales, económicos, culturales, políticos, religiosos, etc., distinguiendo así, ambos márgenes. Hablamos por ello de “fronteras” en plural, distintas y cambiantes, pero con un punto común, esto es la idea de un límite o linde que puede ser extenso, dilatado, poroso o difuminado. Al mismo tiempo, en muchos casos estas “fronteras” no se muestran en sí como separadoras. Por el contrario, constituyen la basa que ha permitido la aparición de determinados procesos de permeabilidad y percolación que provocan un importante efecto de convergencia siendo así también zonas o espacios de encuentro, contacto e intercambio. En este sentido, el reto de la presente compilación de trabajos es el de pensar las fronteras dentro de unas monarquías hispano lusitanas agregativas. Las innumerables formas de abordaje, aspectos y dinámicas que confluyen en pensar las “fronteras” en el Mundo Atlántico fundan un aliciente más para este encuentro de miradas que resume, en gran medida, el espíritu propio del proyecto de la Red inter-universitaria de Historia del Mundo Ibérico del Antiguo Régimen a las Independencias.Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educació

    Las fronteras del mundo atlántico (siglos XVI-XIX)

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    En las sociedades de la modernidad, las “fronteras” se convierten en marcas o limes que determinan ámbitos o zonas de contacto que, de alguna manera, han servido para crear y recrear marcos generales de diferenciación y de posibles comparaciones a partir de sus componentes sociales, económicos, culturales, políticos, religiosos, etc., distinguiendo así, ambos márgenes. Hablamos por ello de “fronteras” en plural, distintas y cambiantes, pero con un punto común, esto es la idea de un límite o linde que puede ser extenso, dilatado, poroso o difuminado. Al mismo tiempo, en muchos casos estas “fronteras” no se muestran en sí como separadoras. Por el contrario, constituyen la basa que ha permitido la aparición de determinados procesos de permeabilidad y percolación que provocan un importante efecto de convergencia siendo así también zonas o espacios de encuentro, contacto e intercambio. En este sentido, el reto de la presente compilación de trabajos es el de pensar las fronteras dentro de unas monarquías hispano lusitanas agregativas. Las innumerables formas de abordaje, aspectos y dinámicas que confluyen en pensar las “fronteras” en el Mundo Atlántico fundan un aliciente más para este encuentro de miradas que resume, en gran medida, el espíritu propio del proyecto de la Red inter-universitaria de Historia del Mundo Ibérico del Antiguo Régimen a las Independencias.Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educació

    Imágenes de la patria en el romancero cubano del siglo diecinueve

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    En la primera mitad del siglo diecinueve, los letrados criollos representantes de la Ilustración cubana, alentados por un incipiente sentimiento patriótico proponen embrionarios proyectos culturales y políticos tendientes a pensar la identidad nacional en términos diferenciadores. Aunque Cuba logre la separación de la corona española en 1898, esta verdadera peripecia de la invención de la patria halla un momento de eclosión muy particular hacia 1830 cuando los intereses –muchas veces contradictorios –del sector criollo se canalicen en una multiplicidad de discursos (jurídicos, literarios, científicos, filosóficos -ensayísticos) que ponen en evidencia la emergencia de una conciencia de clase que reclama a la metrópoli peninsular el reconocimiento de la autonomía cultural y política de los cubanos. Ese caudal discursivo que es depositario de tensiones irresueltas se ofrece como un corpus solvente para indagar las representaciones que se configuran sobre la patria. Al mismo tiempo, esas textualidades delatan un escenario de polémicas respecto de ciertas construcciones de sentido generadoras de exégesis, tales como los pares “tradición y modernidad” o “nacionalismo y americanismo”, entre otros. En la articulación de los imaginarios propuestos, los letrados cumplen un rol central, “visagra” (Altamirano 2008) al proponer y mediar la recepción de tales configuraciones. En este contexto debemos situar la figura de Domingo del Monte (1804-1853) y reconocer en él “una propiedad irradiante” (García Marruz 2008) que lo ubica en el centro del ámbito letrado decimonónico. Entre los múltiples gestos culturales que impulsa Domingo del Monte, nos llama particularmente la atención la producción de un romancero de tema patriótico. En la vacancia de estudios sobre este repertorio convenimos la importancia de su abordaje, pues ha sido la narrativa anti-esclavista del período la producción más trabajada por la crítica (Benítez Rojo 1988, Salvador Bueno 1988, Vera León 1991, Ramos 1996, Civantos 2005, Miller 2005, entre otros). El vacío crítico sobre este romancero nos permite la formulación del problema y, por otro lado, nos genera el desafío inaugural de su estudio. Este vacancia de estudios nos conduce a pensar que –de alguna manera –esta investigación contribuye a la difusión de este corpus de romances, pues pretendemos, por un lado, describir las características del ámbito letrado en el que se inscribe la producción de los romances cubanos y con ello establecer algunas relaciones entre los autores y el contexto histórico, por ejemplo, los vínculos de los escritores con el sector de la sacarocracia, y con el contexto cultural, por ejemplo, considerar las relaciones con las corrientes estéticas vigentes, como el neoclasicismo y el romanticismo. Por otro lado, analizaremos las imágenes de la patria que se elaboran en el romancero, es decir, exploraremos las figuraciones y las metáforas que, entendemos, articulan un ideario patriótico que se corresponde con una concepción racial y cultural que concibe una cubanidad “criolla y blanca”. Por último, pretendemos explicar en este contexto de reafirmación de la identidad criolla la elección del romance para la transmisión de valores y de idearios patrióticos. Al mismo tiempo, procuraremos esclarecer los vínculos con otras tradiciones literarias que se desarrollan a la par, como la décima y el romancero tradicional español. Efectivamente, como hemos referido, hacia el tercer decenio del siglo diecinueve, emerge una conciencia de grupo que sitúa a la Ilustración criolla como articuladora de un imaginario simbólico que se proyecta en una tendencia literaria denominada “criollismo” y en un género particular, el romance. Por supuesto, dada la importancia de la décima en el desarrollo literario de Cuba, estimamos que en un estudio sobre el romancero deben considerarse, y problematizarse, las interrelaciones entre estos dos géneros. Con esta investigación pretendemos re-descubrir un corpus que –por diferentes motivos –la crítica no ha abordado y, con ello, tratar de explicar su emergencia a partir de considerar, por un lado, la proto-organización de un ámbito letrado que insinúa cierta autonomía y, por otro, sondear las postulaciones discursivas de los letrados sobre la identidad patriótica. En consecuencia, queremos indagar en este repertorio cómo se configuran distintas imágenes de la patria en función de un proyecto político y cultural que posiciona a los letrados criollos como protagonistas. En este sentido, proponemos como hipótesis inicial que los romances cubanos ponen de manifiesto la conciencia del sector criollo respecto de la necesidad de configurar un imaginario sobre la patria cubana que se proclame diferente de la metrópoli y, al mismo tiempo, homogeneizador de las diferencias. Asimismo, entendemos que la elección del romance como género tiene estrecha relación con el movimiento criollista o nativista que marca la tendencia literaria de la primera mitad del siglo diecinueve. Y que de alguna manera, el romance enlaza culturalmente a Cuba con España, es decir, posibilita en lo formal la enunciación de culturas “equiparables”, y por tanto, promueve una posición autónoma. La elite criolla letrada sabedora del valor histórico del romance, de su vinculación con la esfera popular, se apropia y usa este género (Ludmer 1988) para introducir determinados valores culturales y una particular visión de la historia que se articula en el criollo blanco (guajiro) como portador de la autoctonía y de los valores patrios. Si bien Samuel Feijoo reúne en su antología del romancero a veintiocho escritores cuyas obras se extienden desde la década del treinta a 1886, para esta investigación seleccionamos un corpus correspondiente a siete autores: Francisco Pobeda y Armenteros (1796-1844), Domingo del Monte (1804-1853) José Ramón Vélez Herrera (1808-1886), José Jacinto Milanés (1814-1863), Miguel Teurbe Tolón (1820-1857), Joaquín Lorenzo Luaces (1826-1867) y José Fornaris (1827-1867) cuya producción romancística se enmarca en el lapso de estudio estipulado: 1830-1868. La justificación del recorte temporal radica en que tomamos como fecha de inicio la irrupción de Domingo del Monte en el ámbito cultural de la isla, a partir de las diversas funciones que desarrolla en el Sociedad Económica Amigos del País y considerando la fecha de publicación de las Rimas americanas, 1833, antología en la cual se publican los cuatro romance del autor. Dado que nuestra intención es indagar en el romancero la configuración de una primera matriz simbólica, que exprese una cubanidad en ciernes, como fecha de corte proponemos 1868, pues es el año en que se inicia la primera guerra en pos de la independencia cubana (1868-1878) conocida como la “Guerra Grande” o “Guerra de los diez años”. En cuanto a la construcción del corpus, para esta investigación seleccionamos un grupo de autores en cuya obra advertimos, de manera paradigmática, una serie de imágenes sobre la patria que consideramos operan como una plausible resolución al dilema que genera en el sector criollo la formulación de una identidad homogénea. En correspondencia con este criterio, el corpus de esta tesis está compuesto de la siguiente manera: -Domingo del Monte (1833): “El montero de la sabana”, “El desterrado del hato”, “El guajiro”, “La patria”. -Francisco Poveda y Armenteros: “Leyenda cubana” (1832), “Leyenda primera. Leonardo Fernández y Lutgarda Flores” (1831), “Leyenda segunda” (1832); “Leyenda tercera. Carlos Bravo y Luisa Aguirre” (1846); “Leyenda cuarta. María y Jesús Contreras” (1833); “Leyenda quinta. La vida del mayoral” (1855); “Leyenda sexta. Juan Pérez de la Rosa” (1833); “El día de la tormenta” (1855) y “Leyenda. La vida del Majagüero” (1855). -Ramón Vélez Herrera: “Elvira de Oquendo o los amores de una guajira” (1840), “La pelea de gallos” (1856), “El combate de las piragüas” (1856) -José Jacinto Milanés: “El negro alzado”. -Miguel Teurbe Tolón (1856): “El pollo de Juan Rivero”, “Un rasgo de Juan Rivero”. -Joaquín Lorenzo Luaces (1857): “El tuerto de Guanajay”. -José Fornaris (1855-1868): “La flauta triste”, “La madrugada en Cuba” (1868), “La tarde” (1867), “Las palmas”, “Managua” . Pero además, sumamos a este corpus primario compuesto por romances, otras textualidades: cartas, artículos periodísticos, prólogos que nos permiten enriquecer la mirada sobre el romancero al comprender cómo se configura el ámbito letrado en el cual emerge esta producción singular. El análisis de estas textualidades, que conforma un corpus subsidiario nos posibilita diagramar el entramado cultural del periodo, establecer relaciones entre los letrados y caracterizar los espacios de sociabilidad y las prácticas de lectura que permiten la circulación y difusión de diversos textos. En este sentido, el Centón epistolario de Domingo del Monte se aprecia como una voluminosa obra que reúne la correspondencia personal del autor. Tomamos como corpus de referencia el volumen II, que comprende la correspondencia entre 1836-1840. Asimismo, consideramos valiosos otros textos entre los que se destacan algunos informes que eleva a la Sociedad Económica Amigos del País como secretario de la Comisión Permanente de Literatura, de la sección de Educación de esa institución y artículos publicados en distintas revistas. Según este criterio, el corpus subsidiario está compuesto de la siguiente manera: -Del Monte, Domingo (1836-1840) Centón Epistolario, Vol.2. __________ (1831 -1836) “Informes y exposiciones pedagógicos” en Exposición de las tareas de la Comisión Permanente de Literatura de la Sociedad Económica Amigos del País. _________ “Primeras poesías líricas de España” en Revista Bimestre. Num.1 mayo-junio 1831. __________ (1837) “El poeta”, El Aguinaldo Habanero, La Habana. __________ (1838) “La poesía en el siglo XIX”, El Álbum, La Habana. -Herrera Dávila, Ignacio (1833) Rimas americanas. La tesis se estructura en cuatro capítulos. En el capítulo I, “Los letrados en la configuración de la patria cubana” proponemos un acercamiento teórico a los tres ejes nucleares de tesis: letrados / imaginarios / patria cubana. En este primer capítulo, presentamos el tema y reflexionamos respecto de su complejidad. Para tal fin, proponemos deslindar algunas categorías y nociones, tales como patria y nación, americanismo y criollismo. Cada una articula posiciones conflictivas en torno a los sujetos y a la representación colectiva que asumen. En segundo lugar, expondremos el lugar paradigmático de las élites criollas liberales, con la intención de desplegar las tensiones que modulan sus prácticas y gestos e inscribirlas en un contexto mediato de praxis política. En el capítulo II, “La sociabilidad literaria y las figuraciones de autor” nos proponemos indagar en la configuración de los espacios de circulación y sociabilidad de las letras cubanas que se gestan en la década de 1830 a 1840. El abordaje de estos ámbitos de promoción cultural tiene como objetivo caracterizar el medio letrado en el cual Domingo del Monte alienta el proyecto de un romancero cubano e instala entre sus contemporáneos el debate sobre las matrices simbólicas que buscan definir la identidad cubana. Para ello, repararemos en distintos iniciativas que visibilizan de qué modo se trazó en Cuba un proceso de configuración de lo nacional que puede analizarse a la luz de otras experiencias culturales y sociales generadas en el mismo periodo en el continente hispanoamericano. En este sentido, la réplica de estas experiencias pone en escena elementos comunes que permiten considerar la formulación de un trayecto ideológico ilustrado de sesgo americanista. En el capítulo III, “La búsqueda del lenguaje patriótico” partimos de considerar que la función performativa, ética y pedagógica que se asigna al discurso político y ficcional del período se inicia con los primeros intentos por fundar una retórica verbal e iconográfica que exprese este incipiente deseo de autonomía. En este vértice, eclosiona la preocupación por la búsqueda de un lenguaje nacional. Nos preguntamos, entonces, ¿qué lengua y qué forma serían las más idóneas para expresar el ideario patriótico? Si en los capítulos anteriores señalamos la centralidad de la figura de Domingo Del Monte en la primera mitad de siglo, en este capítulo nos proponemos abordar, por un lado, su concepción de la lengua y la literatura, en relación al proyecto que alienta entre sus pares: la producción de un romancero cubano. Por otro, y en estrecha relación con la autoconfiguración de mentor de las letras cubanas, analizaremos las figuraciones de autor que perfiladas en algunos de sus escritos. En el capítulo IV, “Figuraciones de la patria en el romancero del siglo diecinueve” analizamos un corpus de romances producidos por Domingo del Monte y algunos de sus contemporáneos, como Francisco Pobeda y Armenteros, Ramón Vélez Herrera, José Jacinto Milanés, Miguel Teurbe Tolón, Joaquín Lorenzo Luaces y José Fornaris cómo se configura el imaginario patriótico y, con ello, explorar qué representaciones se elaboran en este repertorio sobre los sujetos, el espacio, la cultura y la literatura. Nos interesa, por un lado, analizar las figuraciones y las tensiones en torno al imaginario desplegado y, por otro, poner de manifiesto las estrategias que permiten esa representación en correspondencia con las corrientes estéticas que las contienen. Asimismo, en este capítulo planteamos las relaciones del romancero letrado con otras tradiciones, como la décima y el romance tradicional español. Para finalizar, en las conclusiones proponemos la revisión crítica del itinerario propuesto, la reflexión sobre algunos núcleos temáticos que condensa la tesis y señalamos algunas proyecciones temáticas y genéricas del romancero decimonónico hacia el siglo veinte.Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educació
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